Esta sillita por los tornillos característicos fue comprada en unos almacenes Suecos. Estaba abandonada en,la calle y le faltaba algún palito. Después de buscar en el baúl de los recuerdos y arreglarla, la pinté de gris con toques blancos y la hice dos preciosos cojines. Ahora luce perfecta en el rincón de una bonita casa.