Las segundas oportunidades merecen la pena en muchas ocasiones, en mi caso, casi todas las cosas que caen en mis manos y que otros rechazan por viejas o estar cansados de ellas les doy una nueva vida.
Algunas veces serviran para lo mismo que fueron creadas pero con otro matiz, y en otros casos formaran parte de otros universo.
No hay aquí ninguna piedra preciosa, es un cuero un poquito grueso, un palito de la playa, alambre negro dos bolitas de cuentas y un botón antiguo roto, me lo hice para mí pero al final he tenido que hacer más de uno. Mi pequeño tesoro.